martes, 3 de marzo de 2009

MiniHollyWood Tabernero

Y el domingo siguiente pasamos de los refugios a los estudios de cine del desierto de Almería, entre ellos, el más conocido, el MiniHollyWood.

Así que ya ven, tomando un bus camino del desierto de Tabernas me paré en el mismo desierto, y tomé la entrada para el Fort Apache. Cámara en mano me adentré camino de la reserva de indios, por la herrería, por el jardín de cactus, por la minería, por la barbería, la herrería, etc. Un camino sinuoso que me adentraba en la Gran Plaza del Fuerte. Ahí, entre el First Bank, el Saloon y el edificio del Sheriff esperé junto con otra multitud al comienzo del espectáculo. El show había comenzado, un atraco, unos tiros, un hombre arrastrado por caballo, un ahorcado, un preso y todos muertos. Veinte minutos de vuelta al antiguo Oeste. Y yo, pasándomelo como un niño.



Sí, sí, lo sé. Soy un guiri total. Pero me lo pasaba como un enano en el Oeste almeriense en el que rodaron parte de sus filmes Sergio Leone, Clint Eastwood o incluso alguna escena de Indiana Jones. Y todo en el desierto, si bien, no un desierto de dunas, sí un desierto diferente: rocoso y montañoso. Y bello en su conjunto.


Y junto al lejano Oeste del desierto español se encuentra una reserva natural, o más bien claro, un zoológico. Allí había de todo un poco: reptiles como iguanas, serpientes; aves tropicales de todo tipo, monitos, lobos salvajes, hienas, un lince ibérico, unos osos, un tigre, una pantera, una leona, un rinoceronte, cebras, jirafas, un rinoceronte, etc.



La verdad es que es difícil de imaginar cómo sobreviven en el desierto por mucho que les cuiden.

Y yo que no había estado en un zoológico desde mi niñez, pues la verdad es que me entretuvo bastante, si bien no paraba de preguntarme si realmente merecía la pena la estupidez humana de tener estos animales en cautiverio como exposición aunque también bajo la excusa de su protección. Mas las preguntas no fueron demasiado profundas, tuve que ir con prisa para no perder el autobús de vuelta y quedarme tirado en el desierto durante cinco horas más. Así que raúdo y veloz con paso firme me dirigí a la salida y esperé al otro lado de la carretera al autobús, justo donde comenzaba el precipicio hacia un valle. Y allí esperé, y esperé, y esperé. Mis peores pesadillas pasaban por mi cabeza, preveía que el autobús se retrasaría unos minutos pero no esperaba que se retrasara unos 20-25 minutos. Por mi cabeza ya pasaban pensamientos como:

  • aquí estoy tirado en el medio del desierto hasta que aparezca otro bus en el medio del ocaso

  • tírate por el valle cabeza abajo

  • puta mierda de transporte que hay por aquí

  • si La Muerte tenía un Precio, ¿cuánto pagaría yo por un puto autubús en el desierto?

  • Hago autostop


Hasta que por fin la película tuvo un final feliz y el autobús llegó...


Una mañana de película en el Desierto de Tabernas, y todo ello en el mismo domingo en el que se decía aquello de...

... and the Oscar goes to...

¡Alcobendas!

¡Quién nos lo iba a decir!


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy, sí, ¡¡la Pene!! Si alguien se atreve a preguntarme de dónde soy (hace años que ya no) le voy a decir que de Alcobendas, de la Ojcarizá!

Enfín... no está mal. Recuerdo haber ido al circo con 22 años, la segunda y última hasta ahora.

Por lo demás,

Billy Brown:"You stole my money, you stole my best horse, you stole my girl. I'm gonna kill you, Harry Jackson!"

Harry Jackson:"Oh, yeah?Take that!"
Bang!Bang!Bang!

Yiyi dijo...

La verdad es que la actuación que hicieron allí fue por el estilo, más o menos como tú me dices:

bang, bang!

Scholarly dijo...

Arrrrfff, cuántos kilos de envidia en la chepa, cómo pesan...

Yiyi dijo...

Viajo, no porque me apetezca, sino para poder contarlo y darte envidia.
Arff!