Sí, sí, ya vamos conociendo el Parque como debe de ser y es que ya vamos por el 5º encuentro, y eso que cuando hice la primera visita pensaba que me costaría volver a verlo, por suerte, no ha sido así. Ya tuve una primera visita con compañeros del trabajo, otra segunda con el buen amigo Roger, y eso que sólo le conocí de un día (pero la buena gente se convierte en amigo rápidamente). El tercero fue con el piragüismo ya comentado antes, siempre increscendo en el conocimiento del Parque... Y el cuarto, ¡ah, el cuarto! El cuarto encuentro ha sido ver lo que siempre quería ver del Parque Natural, y además con la gran compañía de dos buenísimos amigos(as).
En esta visita por fin he visto el Levante del Parque, sobrepasando la barrerá de San José.
Y la verdad es que ha sido tan agradable como todo el mundo dice.
Fuimos “directos” (tras pasar por el Faro del Cabo y el arrecife de las sirenas y unos cuántos kilómetros dando vueltas, pero directos, vamos) desde Almería hacia casi lo más alejado del Parque, sólo quedaba por encima ese lugar que llaman el último pueblo del Cabo de Gata o el pueblo que no se puede nombrar (por lo visto esto viene de una superstición de los pescaderos). Este lugar era entonces Agua Marga, y más en concreto, la Playa de los Muertos, llamada así -si no me equivoco- porque a esa playa van a a parar cuerpos muertos de gente de las cercanías del mar. Una playa bien agradable, de arena de piedras en donde pude comprobar cómo la gente que no ve el mar durante el año ve y toca el cielo al llegar aquí.
De ahí fuimos dirección sur, encontrando El Playazo de Rodalquilar. Una buena playa, sí señor. Estuvimos lo justito para darnos un paseito tranquilo disfrutando un poquito del atardecer que llegaba.
Tal era el atardecer que tuvimos que apurar un rato y nos dirigimos al siguiente destino: La Isleta del Moro. Fácil de reconocer desde la lejanía de la carretera gracias a su peñón -lleno de gaviotas y sus cagadas, por supuesto-. La Isleta tiene unas playas que parecían simpáticas y una tradición pesquera que salta a la vista. Pasar un rato viendo la cala llena de embarcaciones no tiene precio.
Mas tanto gusto provoca un ataque frenético de emociones, y el gustazo visual se tiene que acompañar con un gustazo de manjar. Nos dirigimos pues a San José, el mayor pueblo de la zona y el más animado para disfrutar de los últimos momentos del día. Una breve visita a las tiendas y los puestecillos, un descanso a la orilla del mar y... ¡a comer una friturita de pescaito para finalizar el día!
¿Finalizar? Bueno, casi. Tras un retorno largo por las oscuras carreteras del Cabo de Gata, tuvimos luego una pequeña sorpresa a nuestra llegada a Almería, pero de eso, aquí no es lugar para hablar.
* Fotos tomadas de:
- http://www1.mma.es/playas/img/g/am/AL-194.jpg
- http://www.alquilercostaalmeria.com/san%20jose%20(panoramica)4,bis.JPG
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